Coosalud implementó centros de aislamientos para cuidar a sus pacientes
En Barranquilla comenzó a operar el 23 de junio y estará disponible hasta el 23 de septiembre con casos activos.
Teniendo claridad de que el aislamiento es la principal herramienta para frenar la propagación de la Covid-19 tras la sospecha o confirmación de los casos, Coosalud EPS implementó una estrategia de adecuación centros de aislamiento asistido para sus usuarios.
En ciudades como Cartagena, Barranquilla y Cali, la entidad acondicionó dichos centros, con los cuales la EPS se alineó a las directrices del Ministerio de Salud y Protección Social y, a su vez, a la estrategia Prass (Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible) del Gobierno.
“Arrancamos con la idea del centro de aislamiento asistido teniendo en cuenta que gran parte de nuestra población tiene una debilidad en el manejo de la patología, ya que muchos no poseen las condiciones para aislarse, por la infraestructura de sus viviendas o porque viven en hacinamiento. Con este plan de acción fuimos pioneros en Cartagena. En esta ciudad logramos aislar en el centro a 88 personas que, si se multiplican por la tasa de contagios que en su momento se alcanzó, significa que prevenimos que esas personas transmitieran el virus a más de 300 personas en promedio”, relató Claudia Morales Moreno, directora operativa nacional de Salud de Coosalud.
Entendiendo estas necesidades de la población, la demanda y la dinámica de contagios en cada zona, en Cartagena el centro funcionó del 22 de mayo al 20 de agosto; en Cali, del 27 de junio al 26 de agosto y, en Barranquilla, comenzó a operar el 23 de junio y estará disponible hasta el 23 de septiembre próximo con casos activos. En total, se ha logrado beneficiar directamente a 222 afiliados con esta estrategia.
De acuerdo con Morales, se tomaban en consideración tres criterios para el traslado de los usuarios a estos recintos: pacientes confirmados que no cumplieran con las condiciones para el aislamiento en casa, pacientes con alta sospecha de contagio, por contacto estrecho con casos positivos o por sintomatología asociada al virus, que tampoco pudieran aislarse en sus viviendas; y pacientes hospitalizados a los que se les realizara alta temprana.
“Por ejemplo, si a un usuario hospitalizado le quedaban pendientes dos dosis de antibióticos y su evolución era satisfactoria, pero aún le faltaba por cumplir siete días de aislamiento, el médico tratante autorizaba que se le terminara el tratamiento en el centro. De esta manera, se contribuía también a descongestionar la ocupación de camas hospitalarias requeridas para otros pacientes”, argumenta la funcionaria con relación a este último criterio.
Para el seguimiento del estado de salud de los usuarios, se cuenta con el respaldo de IPS que forman parte de la red de servicios de Coosalud, con profesionales médicos y de enfermería para realizar monitoreo y rondas permanentes, así como equipos, entre los que se incluyen concentradores de oxígeno, en caso de que se necesiten. Gracias a estos factores, se tenía la tranquilidad de poder recibir en el centro incluso a personas con comorbilidades, como hipertensión y diabetes, que no requirieran atención intrahospitalaria.
Una vez se tuvieran identificados los casos confirmados o sospechosos, se realizaba la verificación de las condiciones de aislamiento de los usuarios y, en caso de que no se cumplieran, se les ofrecía la opción de traslado al centro. Entre tanto, el director médico de cada sucursal y el coordinador hospitalario decidía qué paciente puede ser atendido en esta unidad.
Todos los usuarios nuevos que ingresaban al centro de aislamiento recibían un kit con tapabocas, toallas desechables, pañuelos faciales y un folleto de guía de acompañamiento para que su estadía fuese con todos los protocolos de cuidado y bioseguridad. Además, se les brinda orientación psicológica frecuente. Durante su estancia, se les ofrece alimentación completa: tres comidas diarias y dos meriendas, en una habitación dotada con cama, televisor y baño privado. También estaba la alternativa de ingresar con un acompañante, para los afiliados que lo requirieran. Luego de cumplir el período de confinamiento estipulado y, según el estado clínico del paciente, el médico daba el visto bueno para su salida.